Si bien la vivienda de segunda mano es un tipo de casa más barata, su eficiencia energética es baja. Sin embargo, podemos incorporar “aquello más verde” de forma progresiva. Son acciones para convertir una casa con más de dos dueños en su vida, más sostenible.
La mejora de la eficiencia energética de las viviendas no solo representa un compromiso de sostenibilidad y de responsabilidad medioambiental, también aporta una ventaja competitiva en el mercado inmobiliario, según un informe realizado por Balantia y Colliers.
1. Más madera en casa
Aunque existen muchos tipos de materiales, la madera es una opción. Los productos de madera, procedentes de una gestión forestal sostenible, ofrecen ventajas ambientales sobre otros materiales tradicionales de construcción. La madera, procedente de bosques sostenibles, es natural y renovable.
Cada metro cúbico de madera, usado como sustituto de otros materiales de construcción, reduce las emisiones de C02 a la atmósfera en una media de 1.1 toneladas de C02, según el IPCC.
2. Compost con los residuos orgánicos
Aunque intentemos no desperdiciar comida y cocinar siempre lo justo para cada momento, es inevitable que haya restos de alimentos. Es el caso de la piel de la papa o la cáscara de una naranja, por poner dos ejemplos sencillos que tenemos en las cocinas de nuestras casas.
Bárbara Lacroix, fundadora de Cero Residuo, ve una perfecta solución a estos desechos en el compostaje, una técnica mediante la cual los residuos orgánicos se transforman en abono que podemos utilizar para nuestras plantas. De manera que se convierte en un gesto más que todos podemos hacer para que la vivienda sea más sostenible.
3. Invertir en buena iluminación para ahorrar
Los expertos también aconsejan aprovechar al máximo las horas de luz natural, emplear bombillas LED y evitar tener varios focos de luz en una misma estancia si no son estrictamente necesarios.
La apuesta por las energías renovables
Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, en comparación con otros países, las tecnologías renovables ya pueden ser una opción para las casas de segunda mano.
Para reconducir nuestra casa en sostenible, la fuente de energía empleada es clave. Se recomienda instalar:
a. Paneles fotovoltaicos
Indicados para generar energía del sol. Los árboles grandes que bloquean el sol pueden causar un problema para los paneles solares. También la orientación de la casa es importante.
En ciertos lugares, el excedente de energía se puede volver a vender a su fuente de energía local.
b. Molinos de viento
Hay que verificar si la fuente de energía local tiene energía eólica u otras fuentes de energía renovables disponibles.
c. Calor geotérmico
Aunque el suelo se puede congelar en el invierno, el suelo que se encuentra en la profundidad es cálido, por lo que es totalmente factible usar el calor de la tierra para calentar su hogar.
4. Ahorrar en agua
Es posible. Basta con cerrar el grifo mientras nos lavamos las manos o cepillamos los dientes, pues según la Organización Ecodes, ahorraremos una media de 550.000 litros de agua a lo largo de nuestras vidas con este simple gesto.
Otra solución es utilizar el lavavajillas a plena carga en vez de fregar la vajilla a mano. Hacer un buen uso del lavavajillas puede lograr un ahorro de 30,6 litros de agua diarios frente al lavado a mano, de los cuales 27,4 litros son de agua caliente.
5. Rehabilitación sostenible
En 2019, el sector de los edificios produjo 38 % de las emisiones globales de CO₂ relacionadas con la energía si se consideran las emisiones de la industria de la construcción y las emisiones vinculadas a la operación de los edificios.
Por esa razón, la descarbonización del parque inmobiliario es uno de los principales objetivos a futuro. Los edificios sustentables representan “una de las mayores posibilidades de inversión en la próxima década”, indicó Corporación Financiera Internacional (IFC), una entidad del Banco Mundial.
En palabras de Iñaki Unsain, presidente de la Asociación Española de Personal Shopper Inmobiliario (AEPSI), “la Comisión Europea quiere impulsar la rehabilitación energética de los edificios menos eficientes y lograr para el 2030 que todas las viviendas tengan por lo menos una calificación F en el certificado energético”.